Un Belén de Fibra óptica

Si juntamos dos kilómetros de Fibra Óptica, un poco de magia, de esfuerzo y sobre todo ilusión… ¿Qué conseguimos? Pues nada menos y nada más que este Belén de nada menos que 35 metros cuadrados de Superficie. Los vecinos de un pueblo de Galicia no pueden estar más satisfechos con la joya que cuenta con agua del Jordán y arena de Tierra Santa.Gracias a sus dos mil metros de fibra óptica la luz de los atardeceres y amaneceres resultan reales, al igual que cada una de las estrellas iluminadas.

Y no sólo luz, en el portal no faltan chimeneas que escupen humo con total verosimilitud ni una gran nube que llueve agua, los pájaros son a escala real y vuelan de forma auténtica al igual que las ovejas que pastan campante de un lado a otro.

El siglo XXI nos trae cosas maravillosas que jamás habríamos soñado. Tecnología y tradición se unen para lograr que un Belén logre ser así de especial.